martes, 9 de junio de 2009

LA CALLE DE FERNÁN GONZÁLEZ

Esta histórica calle comunica, como ya comentábamos en una entrada anterior, la iglesia y el restaurante donde celebraremos nuestra boda. Emplazada sobre la ladera del castillo y ascendiendo levemente hasta los planos elevados de la ciudad, esta arteria jacobea por donde hoy cruza el peregrino nuestra capital, es una de las más antiguas y de mayor tradición de la ciudad, donde la aristocracia y los mercaderes burgaleses enriquecidos con el comercio durante el siglo XVI, erigieron sus palacios y mansiones señoriales.

Recorriendo la calle desde San Gil, el primer tramo (hasta la Calle Hospital de los Ciegos y la escalonada Plaza de los Castaños) está lleno de locales de copas que cobran vida en la noche burgalesa.



Junto a esta plaza, se sitúa la Casa de los Cubos, cuyo nombre alude a estos dos elementos alojados en los flancos de la fachada. Su portada es de estilo plateresco con las columnas abalaustradas. Tras su rehabilitación, funciona como albergue de peregrinos. Colindante, se halla la Casa de los Lerma, atribuida a los seguidores del arquitecto Juan de Vallejo y con una planta semejante a la mansión anterior.


Continuando, aparece a la izquierda de nuestro camino la estampa de la archiconocida Catedral de Burgos, emblema mundial de nuestra ciudad. Parte de Fernán González transcurre junto a este maravilloso templo gótico, cuya Puerta de la Coronería da a esta calle. Al estar situada la catedral en el comienzo de las laderas del Cerro de San Miguel, los niveles de las calles son diferentes y hay unas cuantas escaleras para salvarlos. Incluso desde dentro de la catedral, el acceso a la vía que nos ocupa por Coronería, se realiza subiendo la Escalera Dorada de Diego de Siloe, ingenioso y bello hito arquitectonico.


Al otro lado de la calle, frente a la Puerta de Coronería, está el Palacio de Castilfalé, también conocido como de los Maluenda o de los Brizuela. Se levantó en 1550 sobre el solar ocupado por dos casas; una de ellas fue habitada por el artista Juan de Colonia y su hijo Simón. Se conserva la magnífica portada de arco de medio punto, trabajado en rosca moldurada, al igual que las jambas y el capitel con hendiduras oblicuas. Actualmente es propiedad del Ayuntamiento y sede del Archivo Municipal. Allí se celebran también bodas, y de hecho, en agosto estaremos acompañando a Álvaro y a Miriam en la suya.


A continuación, encontramos, también a la derecha, la gótica Iglesia de San Nicolás de Bari, famosa por su maravilloso retablo de piedra, obra de Simón de Colonia. Desde la puerta de esta iglesia se puede disfrutar de una de las vistas más conocidas de la Catedral de Burgos, con todo el esplendor de su fachada principal.

Unos metros más adelante, se situaban las casas pertenecientes a Fernán González, donde hoy se levanta el monumento dedicado a su persona por el vecindario burgalés durante el reinado de Felipe II, el Arco de Fernán González. El maestro cantero Juan Ortega de Castañeda fue el encargado de construirlo en 1588 y está inspirado en el modelo clásico romano, a modo de arco triunfal.


Desde aquí ya se puede divisar el Hotel Abba, donde gozaremos de un buen festín. Este hotel y restaurante se localiza en el antiguo Seminario Mayor, remodelado hace unos años. Este gigantesco edificio se construyó en 1897 en las inmediaciones del parque del Castillo, en la parte alta de la ciudad y a 300 metros de la Catedral.


Junto al restaurante también encontramos otro monumento de la ciudad, que rinde homenaje al Cid en el lugar donde se supone que estuvo su casa. Es el Solar del Cid. El monumento, fechado en 1784, es obra de José Cortés; destacan sobre un pedestal los escudos de Burgos, de San Pedro de Cardeña y, en medio, una leyenda conmemorativa con el blasón del Cid, obra del escultor Manuel Campillo.


También en las inmediaciones del Seminario Mayor se encuentra el Monumento al Empecinado, sobrenombre de Juan Martín, héroe de la Guerra de Independencia española. Se trata de un sencillo monumento monolítico inaugurado en 1848. En el interior reposa parte de sus restos mortales. Cercano, aunque en otra calle, también hallamos el Teatro Clunia, antigua cárcel de la ciudad, y anteriormente, en el siglo XV, alhóndiga (almacén de grano), ahora rehabilitada para usos culturales.

Y para finalizar el recorrido por esta emblemática calle, nos encontramos con el Arco de San Martín. Erigido en el siglo XIII-XIV y ordenado por Alfonso X el Sabio. Formaba parte de la ciudad amurallada y era puerta de paso para los monarcas y principales visitantes de la ciudad. Tiene un arco de herradura árabe, flanqueado por dos cubos. Por esta puerta salían los peregrinos y entraban los reyes una vez jurados los privilegios de la ciudad. Tras la puerta estaba el barrio judío de Burgos.


Y aquí termina la Calle de Fernán González. Como dice Toño, no nos van a dar la compostela por ello, pero al menos podréis decir que habéis recorrido una parte del Camino de Santiago. A cambio, nos esperarán unas buenas viandas en el plato en nuestro particular hospital de peregrinos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

SOLO QUEDA UN MES!!!!!!!!!!

PELIGROOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!

Un beso

Javi-Auuuuuuu